Fabricación Artesanal de Aceite

En época de aceitunas y siempre que tengamos disponibilidad de ellas, nuestros huéspedes podrán ir a nuestros olivares a recoger aceitunas para posteriormente fabricar aceite que se podrán llevar a casa como un bonito recuerdo de su estancia en nuestra casa .

Los 10 pasos para hacer aceite artesanal

  1. Las aceitunas que vienen del campo se ablentan con un potente ventilador para separar el fruto de las hojas, las ramas, la tierra…
  2. Las aceitunas se lavan bien con agua caliente para quitarles la suciedad restante (polvo, barro, etc.).
  3. Las aceitunas limpias se vierten poco a poco sobre la tolva del molino de “dientes” para triturarlas o molturarlas.
  4. La masa resultante (aceite, agua, piel y hueso) cae a la batidora formada por un barril de cerveza de 50 litros y unas aspas unidas a un motor, que remueven la masa lentamente durante una hora aproximadamente y a temperatura controlada (entre 20 y 25 grados centígrados) para crear una mezcla homogénea.
  5. Se coloca el primer capacho de fibra de coco encima de la base de la prensa, sobre la que irá cayendo el zumo recién exprimido, y que en nuestro caso es una paellera de tamaño familia numerosa de las de antes.
  6. La masa batida se extiende sobre los capachos, por ejemplo con un cazo, creando finas capas entre capacho y capacho, de forma que la masa no se salga por los lados al prensar.
  7. Cuando hemos completado el sandwich, llega el momento de darle a la manivela de la prensa y empezar a exprimir el zumo, que lentamente irá escurriéndose, filtrándose entre las fibras de los capachos y cayendo a la base. En este proceso es posible que necesites ayuda para darle descanso al brazo…
  8. Este zumo denso y turbio de alto contenido en polifenoles y compuestos naturales, procedentes de las pieles y los huesos triturados que se encuentran integrados en el líquido, va cayendo a un depósito a través del orificio de la base de la prensa.
  9. El zumo acumulado en el primer depósito, se hace circular por gravedad hacia otros depósitos colocados a diferentes alturas, de forma que los residuos más sólidos se van quedando en el fondo de cada uno, a la vez que el aceite de oliva se va purificando. Este proceso se llama decantación, y en él se emplea también agua caliente, para ayudar a separar el aceite de oliva de los residuos por la diferencia de densidades: los sólidos se van al fondo y el aceite se va arriba, quedando el agua en medio.
  10. En nuestro caso hemos empleado un sistema de decantación con 3 depósitos, para obtener un aceite suficientemente limpio y brillante, pero a la vez denso y turbio, con un color muy verde y un sabor intenso.

Extraído de la web directodelolivar.com